Restaurando el Cristianismo Original—¡para hoy! ®
Hollister, California 95024-1442
(831) 637-1875
truthofgod.org • churchathome.org • biblicaltruthministries.org
afaithfulversion.org • theoriginalbiblerestored.org
Abril 14, 2021
Queridos hermanos,
Hemos acabado de concluir una tremenda Pascua y Fiesta de Panes sin Levadura. Todos aprendimos muchas cosas que nos ayudarán a confiar en el poder y gracia de Dios; a usar el Espíritu Santo para resistir al pecado y la tentación; y a utilizar la armadura completa de Dios para protegernos en contra de Satanás y de esta sociedad malvada y corrupta. Estuvimos inspirados en esta temporada de Pascua para acercarnos a Dios el Padre y Jesucristo a traces de oración diaria sentida y un estudio Bíblico serio. En el último día de la Fiesta aprendimos que sin importar las circunstancias que enfrentamos, Dios siempre está con nosotros y nos ayudará. La iglesia estará enfrentando tiempos difíciles con numerosos problemas en el futuro cercano—tal como el ataque de la cultura de “cancelar” todas las formas de cristianismo. Pero Dios el Padre y Jesucristo siempre ven por los santos a través de tiempos difíciles. Ellos nos aman y quieren que entremos en el Reino de Dios—a la Familia Dios como los hijos e hijas de Dios el Padre. ¡En verdad, seremos cambiados en seres espirituales para vivir por siempre!
El apóstol Pablo escribió de esta gran esperanza—nuestro propio destino: “Porque tantos como son guiados por el Espíritu de Dios, esos son los hijos [e hijas (II Corintios 6:18)] de Dios. Ahora, ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud otra vez hacia temor, sino han recibido el Espíritu de filiación, por el cual gritamos, “Abba, Padre.” El Espíritu mismo da testimonio conjuntamente con nuestro propio espíritu, testificando que somos hijos de Dios. Entonces si somos hijos, somos también herederos—verdaderamente, herederos de Dios y coherederos con Cristo—si ciertamente sufrimos junto con Él, para poder también ser glorificados junto con Él.
“Porque considero que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que será revelada en nosotros. Porque la más sincera expectativa de la creación misma está esperando la manifestación de los hijos de Dios; porque la creación fue sujeta a vanidad, no voluntariamente, sino por razón de Quien la sujetó en esperanza, Para que la creación misma pudiera ser librada de la esclavitud de corrupción hacia la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
“Porque sabemos que toda la creación está gimiendo y con dolores de parto juntamente hasta ahora. Y no solo eso, sino que incluso nosotros mismos, quienes tenemos los primeros frutos del Espíritu, también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la filiación—la redención de nuestros cuerpos. Porque por esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que es vista no es esperanza; porque ¿por qué alguien estaría aun esperando lo que ve? Pero si esperamos lo que no vemos, nosotros mismos lo esperamos con paciencia. En la misma forma también, el Espíritu está conjuntamente ayudando nuestra debilidad porque no entendemos plenamente por qué cosa deberíamos orar, de acuerdo a como es necesario, pero el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos que no pueden ser expresados por nosotros.
“Y Aquel Quien busca los corazones comprende cuales son los esfuerzos del Espíritu porque ese hace intercesión por los santos de acuerdo a la voluntad de Dios. Y sabemos que todas las cosas trabajan juntas para el bien de aquellos que aman a Dios, para aquellos que son llamados de acuerdo a Su propósito” (Romanos 8:14-28).
¿Qué significa creen “en” o “a” Jesucristo? En Juan capítulo 6 encontramos que por 3 días Jesús estuvo predicándole a la gente y sanando a miles quienes estaban enfermos de toda clase de males. Después Él milagrosamente alimentó a 5 mil hombres, además de las mujeres y niños, a parir de 5 panes y 2 peces pequeños. Luego, algunos de la multitud fueron a buscar a Jesús, querían hacerlo un rey—pero Él se les escapó. Finalmente lo encontraron, aparentemente esperando más comida. Note la respuesta de Jesús: “Jesús les respondió y dijo: “Verdaderamente, verdaderamente les digo, ustedes no Me buscan porque vieron los milagros, sino porque comieron el pan y estuvieron satisfechos. No trabajen por la comida que perece, sino por la comida que perdura hacia vida eterna, la cual el Hijo de hombre les dará, porque a Él ha sellado Dios el Padre.” ”
Por tanto, ellos le dijeron, ‘¿Qué haremos, para que nosotros mismos podamos hacer las obras de Dios?” ” (Juan 6:26-28). Como muchos, ellos querían “hacer una obra” para Dios—indudablemente así ellos podrían recibir más comida. Pero Jesús estaba pensando espiritualmente: Él los dirigió a la “obra” que necesitaban hacer para recibir vida eterna. Y aquella “obra” comienza con creer en Cristo. Note: “Jesús respondió y les dijo, “Esta es la obra de Dios: que ustedes crean en [Griego eis] el [Jesús] que Él [Dios el Padre] ha enviado.” ” (verso 29).
Lo que Jesús está revelando en realidad es una verdad fundamental: que creer es una “obra.” ¡Y esta es una obra más grande que cualquier obra física, porque viene de su ser interior—su corazón y mente que dirige todo lo que piensa y hace!
Jesús también revela que para recibir vida eterna debemos ir a Él—y creer “en” o “a” Él para ser resucitados “en el último día.” Note: “Yo soy el pan de vida; aquel que viene a Mí nunca tendrá hambre; y aquel que cree en [eis] Mi nunca tendrá sed en ningún momento” (Juan 6:35; vea también el verso 47).
¿Qué significa en el verso 35 ir a Jesús? Primero, significa que respondemos el llamado del Padre (verse 44). Sin embargo, un significado más profundo es revelado mientras analizamos este verso. En el griego, la frase “cree en Mi” conlleva la idea de creer continuamente—en una base continua o de toda la vida, no tan solo una “profesión” hecha del nombre de Jesús.
La palabra “en” o “a” es traducida del griego eis. Esta palabra tiene una fuerza más fuerte que simplemente creer en o a, porque eis muestra movimiento o acción hacia y en algo. De hecho, a menudo es traducido como en. Así, esto lleva espiritualmente la fuerza de creerle dentro de usted a Jesús—señalado a la fe de uno en o hacia Cristo, así como al Padre.
Pablo expresó la misma idea: “Porque no estoy avergonzado del evangelio de Cristo porque es el poder de Dios hacia salvación para todos quienes creen [griego: creyendo continuamente]—ambos, a los judíos primero, y a los griegos. Porque en esto la justicia de Dios es revelada de fe hacia [eis, “hacia”] fe, de acuerdo a como está escrito: “El justo vivirá por fe”” (Romanos 1:16-17). Esto significa que la fe de Cristo está llegando hacia nosotros, combinándose con nuestra fe. Entones, por el poder del Espíritu Santo, nuestro “creer” va desde dentro de nosotros “hacia” (eis) Dios el Padre y Jesús. ¡Así es como la verdadera fe espiritual de Dios regresa a nosotros—en un ciclo continuo mientras somos guiados diariamente por el Espíritu Santo, emparejado con oración y estudio!
En el registro de Jesús maldiciendo la higuera, Pedro estuvo asombrado que esta se marchitara tan pronto. Note la respuesta de Jesús a los discípulos: “Tengan fe de Dios” (Marcos 11:22). El griego significa en realidad “tengan fe de Dios.” En otras palabras, fe que viene desde Dios.
De acuerdo a Pablo, después del bautismo y recibimiento del Espíritu Santo, Cristo comienza a vivir en nosotros. Se nos es dada una porción de la fe de Cristo, adicionada a nuestra propia fe—fortaleciendo así nuestra propia fe. Note: “He sido crucificado con Cristo [a través del bautismo], aun así vivo. Ciertamente, ya no soy más yo; sino Cristo vive en mí. Porque la vida que estoy ahora viviendo en la carne, la vivo por fe—esa misma fe del Hijo de Dios, Quien me amó y Se dio a Si mismo por mí” (Gálatas 2:20). ¡Sí, la propia fe de Cristo en nosotros!
Al escribirle a los Colosenses, Pablo muestra que debemos “continuar en la fe,” mostrando aún más que se nos es dada una porción de la propia fe de Cristo, porque Él habita en nosotros: “Porque ustedes fueron una vez alienados y enemigos en sus mentes por obras malignas; pero ahora Él los ha reconciliado en el cuerpo de Su carne a través de muerte, para presentarlos santos e irreprochables e intachables delante de Él; si ciertamente continúan encallados y firmes en la fe, y no son alejados de la esperanza del evangelio, la cual han oído, y la cual fue proclamada en toda la creación que está bajo el cielo; de la cual yo, Pablo, me convertí en un siervo.… Porque aunque estoy ciertamente ausente en la carne, sin embargo estoy con ustedes en espíritu, alegrándome y considerando su orden, y la firmeza de su fe en Cristo. Por tanto, como han recibido a Cristo Jesús el Señor, estén caminando en Él; siendo arraigados y construidos en Él, y siendo confirmados en la fe, exactamente como fueron enseñados, abundando en ella con acción de gracias” (Colosenses 1:21-23; 2:5-7).
Pentecostés y la primera resurrección: Como la Pascua y Panes sin Levadura fueron temprano este año, Pentecostés también parecerá temprano. Aquí está por qué: El primer día santo cayó en el primer día de la semana, haciendo también ese día el Día de la Gavilla mecida—así un día con doble significado. En consecuencia, Pentecostés caerá el 16 de mayo, el día 50 desde marzo 28.
Pentecostés tiene un gran significado para nosotros porque representa la primera resurrección. También este es el día del toque de la séptima trompeta, la última trompeta para tocar. Jesús lo llamó en realidad el “último día.” Algunos creen que Él quiso decir el “Último Gran Día” que sigue a la Fiesta de Tabernáculos. Pero como veremos, Jesús estaba hablando de un “ultimo día” diferente.
En Juan 6, Jesús usa la frase “Yo lo levantaré en el último día” cuatro veces refiriéndose a la primera resurrección. “Todos quienes el Padre Me da vendrán a Mí [todos los que son llamados, escogidos y fieles], y aquel que viene a Mí Yo en ninguna manera echaré afuera. Porque no descendí del cielo para hacer Mi propia voluntad, sino la voluntad de Quien Me envió. Y esta es la voluntad del Padre, Quien Me envió: que de todos los que Él Me ha dado, Yo no debería perder ninguno, sino debería levantarlos en el último día. Y ésta es la voluntad de Quien Me envió: que todo el que vea al Hijo, y crea en Él, pueda tener vida eterna; y Yo lo levantaré en el último día.… Nadie puede venir a Mí a menos que el Padre, Quien Me envió, lo atraiga; y Yo lo levantaré en el último día…” (Juan 6:37-40, 44).
“Yo soy el pan vivo, el cual bajó del cielo, si cualquiera come de este pan, vivirá por siempre; y el pan que daré es incluso Mi carne, la cual daré por la vida del mundo.” Por esto, los judíos estaban discutiendo uno al otro, diciendo, “¿Cómo es Él capaz de darnos Su carne para comer?” Por tanto, Jesús les dijo, “Verdaderamente, verdaderamente les digo, a menos que coman la carne del Hijo de hombre, y beban Su sangre, no tienen vida en sí mismos. Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo levantaré en el último día. Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre está viviendo en Mí, y Yo en él. Como el Padre vivo Me ha enviado, y Yo vivo por el Padre; así también aquel que Me come vivirá por Mí” (versos 51-57).
El libro de Apocalipsis muestra que la frase “el ultimo día” es el día de la primera resurrección, la cual ocurrirá cuando la séptima trompeta es tocada. De hecho, los dos testigos son resucitados de los muertos primero, antes que el resto de los santos. Esto tiene lugar momentos antes que la séptima trompeta—la última trompeta—suene. Note: “Entonces después de los tres días y medio, el espíritu de vida de Dios entró en ellos y se pararon sobre sus pies; y gran temor cayó sobre aquellos que estaban mirándolos. Y ellos escucharon una gran voz desde el cielo, decir, “¡Vengan acá arriba!” Y ascendieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron subir.
“Y en esa hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad cayó; y siete mil hombres fueron muertos en el terremoto. Y el resto fue lleno de temor, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo Ay pasó [la sexta trompeta]. He aquí, el tercer Ay viene inmediatamente. Entonces [en aquella hora] el séptimo ángel tocó su trompeta [la última trompeta (I Corintios 15:51-52)]; y hubo grandes voces en el cielo diciendo, “Los reinos de este mundo han llegado a ser los reinos de nuestro Señor y Su Cristo, y Él reinará en los siglos de eternidad.” Y los veinticuatro ancianos, quienes se sientan delante de Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a Dios, diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y Quien era, y Quien debe venir; porque has tomado para Ti mismo Tu gran poder, y has reinado. Porque las naciones estaban furiosas, y Tu ira ha venido [Apocalipsis 16], y el tiempo de los muertos para ser juzgados, y [el tiempo] para dar la recompensa a Tus siervos los profetas, y a los santos, y a todos aquellos que temen Tu nombre, los pequeños y los grandes; y para destruir a aquellos que destruyen la tierra”” (Apocalipsis 11:11-18).
El registro de la primera resurrección se retoma nuevamente en el capítulo 14. Aquí está lo que Juan vio en la visión: “Y miré, y he aquí, una nube blanca, y uno como el Hijo de hombre sentado sobre la nube, teniendo una corona de oro en Su cabeza; y en Su mano estaba una hoz afilada. Y otro ángel salió del templo, gritando con gran voz a Quien estaba sentado sobre la nube, “Empuja Tu hoz y cosecha, porque el tiempo ha venido para que coseches; porque la cosecha de la tierra está madura.” y Quien estaba sentado sobre la nube empujó Su hoz sobre la tierra, y la tierra fue cosechada” (Apocalipsis 14:14-16).
¡Esta es la primera resurrección! Mientras somos resucitados, Jesús “...enviará a Sus ángeles con el gran sonido de una trompeta [la séptima/ultima trompeta], y ellos reunirán a Sus elegidos desde los cuatro vientos, desde un fin del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31). Los ángeles llevarán a todos aquellos en la primera resurrección a un inmenso mar de vidrio que estará ubicado en las nubes encima de la tierra santa. Juan escribe: “Y vi un mar de vidrio mezclado con fuego, y aquellos que habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, teniendo las liras de Dios. Y estaban cantando la canción de Moisés, el siervo de Dios, y la canción del Cordero, diciendo, “Grandes y asombrosas son Tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y glorificará Tu nombre? Porque solo Tú eres santo; y todas las naciones vendrán y adorarán delante de Ti, porque Tus juicios han sido revelados”” (Apocalipsis 15:2-4).
Los santos permanecerán en el mar de vidrio desde Pentecostés hasta la Fiesta de Trompetas. El mundo estará asombrado cuando ocurra la primera resurrección. Ellos verán el gran mar de vidrio y asumirán que eso es una invasión de “extra terrestres antiguos” desde el espacio exterior. En Trompetas todos volveremos en caballos blancos a la tierra, con Cristo guiando el camino en la batalla final en contra de las fuerzas de maldad—Satanás el diablo, los demonios y sus vastos ejércitos. Cubriremos todos estos eventos asombrosos en más detalle en Pentecostés y Trompetas.
Hermanos, las condiciones del mundo están empeorando rápidamente. Es vital que permanezcamos cerca de Dios el Padre y Jesucristo a través de oración diaria sentida y un estudio Bíblico serio. Dios nos bendecirá con el entendimiento de Su Palabra, nos fortalecerá con Su Espíritu y nos protegerá con Sus ángeles.
Nuevamente, gracias por su amor y sus oraciones. Gracias por su fidelidad al servir a Dios y ayudar a los hermanos y a otros. Estamos orando por ustedes cada día—por su salud, su sanidad, el consuelo de Dios en sus pruebas, el entendimiento de Su Palabra, y que crezcan en gracia y conocimiento para ultimadamente alcanzar la vida eterna. Nuevamente, gracias por su continuo apoyo a través de sus diezmos y ofrendas, las cuales ponemos a trabajar haciendo la voluntad de Dios. Recuerde, Jesús dijo: “Si alguno Me ama, él guardará Mi Palabra; y Mi Padre lo amará, y Nosotros iremos a él y haremos Nuestra morada con él.”
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC